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Se realizó un plantón para exigir justicia por las menores de edad asesinadas.Gerardo menoscal

Harán pruebas de ADN para identificar a la niña hallada sin vida en ramal del río Guayas

La mamá aseguró que un día después del hallazgo del cuerpo recibió una llamada de su pareja preguntando si la pequeña había aparecido 

A la espera de los resultados de una prueba de ADN (huella genética) hecha a su niña se encuentra Amalia. Ella no puede darle sepultura a la cuarta de sus hijas porque debe cotejar, mediante el análisis, que la menor que encontraron muerta el pasado miércoles 10 de junio en un ramal del río Guayas, en la cooperativa Batalla de Tarqui,  Guasmo sur, es su pequeña.

La madre relató a EXTRA la angustia que vive desde la desaparición de su hija de 10 años, el pasado 31 de mayo. Afirmó que  tras el hallazgo del cadáver aún no ha tenido el consuelo de darle sepultura, ya que por su avanzado estado de descomposición es difícil corroborar si en realidad es ella.

“Aún ando en los trámites para que me entreguen el cuerpo, también debo esperar el resultado de la autopsia para saber la causa de su muerte”, mencionó la mujer con voz entrecortada.

La señora afirmó que a pesar de que una de las hipótesis que manejan los investigadores es que el responsable de la muerte de su niña es su padrastro, ella no puede asegurar que él la mató.

“Me encontraba trabajando en una empacadora y dejé a mis niños al cuidado de una comadre, como siempre lo he hecho cuando salgo a laborar. No puedo asegurar que fue él porque no estaba”.

Amalia mencionó que un día después de que apareciera el cadáver de la pequeña, ella recibió una llamada de su pareja y padre de dos de sus hijos.

“Me preguntó que si ya había aparecido la niña y que como estaban sus hijos. Por todo lo que estoy pasando le contesté de forma agresiva y él cortó la llamada, no me volvió a llamar y no volví a saber de él”, sostuvo la señora.

La mujer aclaró que el sospechoso trabaja en Machala y que había regresado a Guayaquil un mes después de que se desatará la pandemia “es por eso que también se quedaba al cuidado de los niños”, dijo.

Cinco menores asesinadas

En caso de que se corroborase de que el padrastro de la menor es el responsable de su muerte, este sería el quinto caso de niñas, víctimas de femicidio, desde la emergencia sanitaria por el brote de COVID-19, así lo explicó a este Diario, Nadia Donoso, gestora de Comunicación del Centro Ecuatoriano para la Promoción y Acción de la Mujer, Cepam.

La abogada Consuelo Bowen, coordinadora legal de esta misma organización, indicó que el Código Orgánico Integral Penal (COIP) establece que se trata de un femicidio cuando existe una relación de poder hacia una mujer, sin necesidad de existir una relación de pareja. “Somos mujeres desde que nacemos; por la condición de género es femicidio, la relación de pareja es solo un agravante del delito”, indicó.

Recalcó que aunque estemos en emergencia por el coronavirus es obligación del Estado brindar el apoyo psicológico y no dejar desprotegida a la familia. “Los hechos de violencia se generan en muchos de los casos en la propia familia, muchas veces un hogar se convierte en infierno y los niños se ven expuestos a la violencia que también viven sus madres”, manifestó Bowen.

La psicología clínica María Inés Jácome manifestó que el agresor en muchas ocasiones se encuentra en el círculo familiar y es necesario estar siempre estar atentos de nuestros hijos.

Protesta para exigir justicia

La mañana de ayer, en los exteriores de la Fiscalía del Guayas, en las calles Víctor Manuel Rendón y Córdoba, se realizó un plantón para exigir justicia no solo por la muerte de la niña de 10 años, sino de las otras cuatro menores asesinadas durante los últimos 40 días, en 5 provincias del país.