Exclusivo
Deportes
¡'Pestañita' Morales, la leyenda!
Anécdotas e historia de los que mejor conocían a Carlos Luis en el camerino y en la cancha.
La historia de Carlos Luis Morales en la cancha y el camerino solo la pueden contar los que la vivieron. Antes de llegar a ser político tenía tantas anécdotas, muchas de ellas auténticas leyendas urbanas deportivas.
Del golero se habló mucho en los 80 y 90, desde que era el jugador mejor pagado en la era del sucre, hasta la traición que sufrió cuando lo sacaron del Ídolo: pensando que era el último en irse, la dirigencia un día de 1997 lo sacó.
Morales llegó a los 13 años a Barcelona, a los 17 debutó, a los 20 era su capitán, a los 25 jugó la final de la Copa América y a los 31 se fue al Emelec.
José Gavica fue su ‘pana’ de toda la vida y uno de los que mejor lo conocía; con Carlos Alfaro Moreno se escribieron varias leyendas urbanas después que pelearon en 1997 en el estadio Capwell, mientras que con Marcos Vergara fue su compañero en los 90. Ellos nos hablan de los secretos de Pestañita.
Morales nos dejó el pasado 22 de junio del 2020. Desde entonces comenzó a forjarse la leyenda.
Gavica: “Era billeteado, pero peleaba por todos”
Pepín Gavica se encuentra sensible, ya que esta semana se le fue uno de los mejores ‘panas’ que le dio el fútbol cuando estaba en la cancha y en el retiro. Carlos Luis, así lo llamaba. De él resalta en su recuerdo que en los 90 era el ‘hombre fuerte’ del Ídolo.
Era distinto a todos, asegura. Que mientras él y muchos otros compañeros cuentan su historia de cómo pudieron superarse para llegar al fútbol, Morales no tuvo esos problemas, porque siempre tuvo el respaldo económico de su familia.
“Carlos era de los que llegaba en carro o lo iban a dejar. Tenía otra posición económica”, recuerda Gavica. Y hasta el nivel salarial en que se manejaba Morales hablaba por él, pues en los 90 ganaba más que todos. “Eso se justifica por el profesionalismo y la calidad en el arco”. Eso lo tiene claro.
Pero eso no lo hacía ‘agrandado’, en términos negativos, sino que, al contrario, lo hacía más solidario. Tanto, que cuando los jugadores recién llegados o los que subían a la serie A no podían lograr un buen sueldo, él intercedía ante los dirigentes. “En nuestra época no teníamos empresarios y a veces nos peleábamos con quienes íbamos a firmar los contratos. Él se encargaba de dar la mano”. Y allí es cuando más crecía la figura de Morales.
Recuerda que el carisma era otra de las armas del arquero y por eso filmó muchos comerciales.
Y la hora de compartir, cuando Gavica llegó a Barcelona en 1988, las primeras concentraciones le tocó hacerlas con él y recibió consejos junto a David Bravo. “A veces a Carlos Luis no le gustaba cuando le hacíamos bromas. Eso era típico de un chico de casa, le lanzábamos cosas, no le agradaba y se enojada”, recuerda Pepín.
Pero como no todo es bueno, Morales también tiene su ‘lunarcito’ negativo entre los hinchas. “La gente no le perdona que jugó en Emelec... él se sentía mal cuando lo sacaron. El fútbol es ingrato, porque se sirve y luego te olvidan. A Carlos Luis, como mí me pasó en el 2005, le dolió la forma como lo sacaron”.
“De la pelea se dijo de todo, luego nos llevamos bien"
Con el actual presidente de Barcelona, Carlos Alfaro Moreno, se tejieron varias leyendas urbanas relacionadas con Carlos Luis Morales.
Cuando el Beto llegó al Ídolo se convirtió en el jugador del momento y en 1987 Pestañita pasó al Emelec.
“Se dijeron muchas cosas, unas creíbles y otras que daban miedo. Mi pelea con Carlos Luis fue algo muy bobo. En un clásico me habían expulsado en el Capwell por una reacción a Rayo, del Emelec, y me sacaron con roja. Morales discute conmigo y me volví loco”, expresa Alfaro Moreno.
Entonces, entre ambos se dijeron tantas cosas, pero el directivo señala que “todo fue por la calentura del partido”. Cosas del fútbol que debían quedarse en la cancha.
Y pasaron muchos años para que vuelvan a saludarse. “Por cosas del destino, los dos formamos parte de la Tri en la unión de canales para transmitir el Mundial del 2006. Fue allí que la amistad se hizo fuerte”, afirma Alfaro.
La última vez que se reunieron fue en diciembre del 2019, cuando se llegaba a un acuerdo para las escuelas deportivas de la Prefectura con Barcelona.
Serrizuela falló el penal y terminaron siendo panas.
El penal que Carlos Luis Morales le tapó al argentino José Serrizuela, de River Plate, el 12 de septiembre de 1990, se hizo histórico. Una leyenda.
Treinta años después el jugador que lo falló lo recuerda. “Venía de una concentración larga en el Mundial Italia 1990. Tuve la suerte de patear penales en definiciones con la selección y siempre estaba concentrado. En ese momento tenía problemas con Daniel Pasarella, el entrenador de River, por eso luego de ese partido me fui del equipo. No llegaba bien. Mi cabeza no estaba bien, pero la psicología de Morales, quien era muy bueno en eso, le permitió leer todo y consiguió atajar el penal”, rememoró Serrizuela para Mundo Deportivo.
Y por esas cosas del destino, ambos fueron compañeros en 1994 en Independiente de Avellaneda. Y ni allí le fue bien enfrentándolo: “En los entrenamientos, cuando pateábamos penales, me los seguía atajando”, señaló con algo de tristeza al enterarse de la muerte de Pestañita.
Confiesa que en Independiente era “una cosa de locos” cada vez que tapaba un penal. “Era algo impresionante cómo resolvía esa situación. Era un verdadero atajador de penales”,
Vergara: De bromista llenó de agua los zapatos del ‘compa’
Era el año 88 y a Marcos Vergara lo habían subido al primer equipo. Al ver que no tenía zapatos de marca, Morales le compró unos Reebok y ese gesto nunca lo olvidará.
En las prácticas, Marcos, a quien en una pretemporada le pusieron de apodo el Compadre, se puso molesto con un compañero y lo braveó. Y allí la primera lección de Pestañita, cuando al final del entrenamiento “me llamó y me dijo: Mira, Vergarita, no te molestes con los jugadores experimentados, todo lo que te dicen es por tu bien, queremos que salgas y aprendas de los que están primero”. Pero así como era buen dato, también era ‘cargoso’. Vergara recuerda una broma pesada, una vez Morales le llenó de agua los zapatos y cuando se los puso los demás ‘se cuajaron’ de la risa.
Una de las anécdotas que recuerda Marcos es cuando estaban concentrados y Pestañita le dijo: “come bastante para que me hagas barra, y llenó la mesa con muchos platos”. Vergara se enteró de la muerte de Morales en Bolivia, donde pasa la cuarentena.