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Tres bares tradicionales de Guayaquil que no resistieron al coronavirus
Los dueños de estos negocios ‘guayacos’ contaron a EXTRA anécdotas, cómo vivieron los duros meses de confinamiento por la pandemia y sus planes a futuro.
Luego de casi 36 años de funcionamiento, Chappu's dijo adiós. Mediante un emotivo video publicado en las redes sociales este bar guayaquileño cerró sus puertas debido a la crisis provocada por la pandemia del coronavirus.
Según su administrador, Ernesto Pólit, la salud económica del establecimiento y la de otros bares y discotecas ha venido de a menos desde el gobierno anterior. Él recordó que, por el año 2010, hubo un repunte de la delincuencia en el Puerto Principal: “Un jefe policial (de aquel entonces) dijo que la mayoría de pandillas y bandas utilizan los bares para planificar los asaltos que van a realizar durante la semana”.
Desde entonces –recordó el empresario– se dispuso que este tipo de negocios operen los viernes y sábado hasta las 02:00, y de lunes a jueves hasta las 00:00. “Me mantuve 13-15 años en un estatus de sacrificio total por tratar de mantener una tradición de un bar (...) En este país se manejan ciertos cargos políticos con mucha discrecionalidad (…) A un empresario de bares y discotecas lo miran como si fuera un demonio, el que vende un pecado a la ciudadanía”, dijo Pólit. Precisamente, esta razón lo llevó a no reabrir.
A criterio del dueño de Chappu's, la actual situación económica de los ecuatorianos tampoco está para salir a ‘pegarse unas bielas’, pues la gente compra exclusivamente lo indispensable. “Nos dimos cuenta de que esto iba a demorar demasiados meses y no teníamos la posibilidad de seguir sacrificando nuestra economía para mantener un negocio. Me dolió en el alma, creamos un video de despedida (…) este era un bar de amigos, donde iba el emeleccista, el barcelonista, pasaban momentos maravillosos, me tocó hacer un video para explicar mi salida, despedirme de los amigos y esperar a que haya un pronto retorno, Dios mediante, más adelante”, dijo Pólit.
Arquitecto de profesión, Pólit cuenta que, luego de más de tres décadas dedicadas a su empresa, vuelve a estar ‘en 0’, por lo que le tocará vivir de otra actividad porque “nos toca llevar el pan a la boca cada día”.
Lo ocurrido con Chappu's es solo un ejemplo de la crisis económica producida por el COVID-19: A nivel nacional, 180.852 personas han perdido su empleo, según indicó el Ministerio de Trabajo el pasado 17 de marzo, mientras que el sector productivo en Guayaquil ha perdido casi $3,500 millones.
Arthur’s, aquel bar ubicado en Las Peñas, a las orillas del Río Guayas, es otra víctima de la emergencia sanitaria. Su dueño, Arturo Zea, explicó que los gastos operativos le cuestan $ 9.500 mensuales. “Mantener esto 10 meses (más), por ejemplo, sin contar el alquiler, son $ 95.000 (en total). Entonces decidí que Arthur's desaparezca, lamentablemente, con el dolor de mi alma, después de tantos años”, dijo.
A este conocido establecimiento han asistido personajes como Pau Donés, vocalista de Jarabe de Palo (fallecido el 9 de junio pasado), políticos como Jaime Nebot, el expresidente de Uruguay José Mujica, incluso hasta un presidente de la NBA y candidatas a Miss Universo, cuando se llevó a cabo el certamen en el país (en 2004). Así recordó con nostalgia Zea, quien creó este establecimiento hace 21 años.
Otro local tradicional que cerró sus puertas es D’ Andrés. Su dueño, Carlos Carrillo, decidió cerrar indefinidamente el local que creó hace 23 años. “Cuesta entre 4 y 5 mil dólares mensuales mantener el negocio. Eso para vivir, de ahí viene el excedente para ganar. Si no trabajo por tres meses, debo 12 mil dólares, prefiero comenzar de cero que debiendo eso”, explicó acongojado el administrador del local urdesino.
Chalo y su señora eran un lujo de anfitriones para atender a los clientes. Los vamos a extrañar. https://t.co/B5ldgM1OoA
— Carlos V. Morales (@CarlosVictorM) June 7, 2020
Carillo comentó que los problemas iniciaron el pasado 2019, cuando hubo aumento de la inseguridad en Urdesa. “Nosotros nunca tuvimos un asalto, pero la gente comenzó a buscar otros lugares con más seguridad. En octubre (a raíz del paro nacional y los consiguientes saqueos registrados especialmente en Guayaquil) ya comenzó a fallar algo. A mediados de noviembre la cosa comenzó a estabilizarse”.
La crisis del COVID-19 fue, por ende, la estocada final a la vida de D’ Andrés. Carrillo indicó que actualmente sigue vendiendo los piqueos característicos de su negocio, pero lo hace desde su casa y a domicilio. “Tengo otra pequeña profesión que es fumigación del control de plagas. Si tengo la oportunidad de abrir, lo volveré de hacer”, finalizó.
Ante la dura situación que viven los comercios a nivel nacional, Pablo Arosemena, presidente de la Cámara de Comercio de Guayaquil, propone 3 ejes de acción que el Gobierno debe implementar:
- Aliviar la carga impositiva de todas las empresas sin importar tamaño o sector
- Mayor flexibilidad y menos trabas para la generación de nuevas oportunidades por lo que es necesario reformar nuestro código laboral por uno más moderno y flexible
- Eliminar aranceles y tramitología “INENficiente” que encarecen la producción
“Adaptarse a la nueva realidad ha sido un reto titánico que los comerciantes hemos sabido sobrellevar. Es muy probable que en lo que queda del año continuemos con las estrictas medidas de bioseguridad y manteniendo el distanciamiento social”, opinó Arosemena a este Diario.