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Esteban Jordán defiende el trabajo de las mujeres porque cree que es momentáneo.Gelitza Robles

Trabajadoras sexuales en la 17: defendidas y atacadas por su labor

Mientras algunos comerciantes creen que su presencia es inofensiva, otros consideran que esto puede atraer a la delincuencia y el expendio de drogas.

Hablar de ellas les incomoda, prefieren evitarlo. Solo Esteban Jordán se atreve a dar su nombre para defenderlas. Labora en la zona de prostíbulos conocida como ‘la 18’ desde hace 22 años y entiende a las trabajadoras sexuales que ahora se han ‘mudado’ a la calle 17, luego del cierre provisional del barrio de tolerancia.

“Esta crisis nos tiene a todos mal, sin trabajo. Ellas también son madres, deberían permitirles trabajar”, pide. Alrededor de la carreta en la que vende ceviches de diferentes mariscos, se pasean un par de sexoservidoras.

En las otras esquinas de la 17 y Gómez Rendón, el mismo número de mujeres caminan de un lado a otro. Se camuflan entre el montón de ciudadanos que a diario repletan este sector del suburbio de Guayaquil.

Justo ese es el temor de una chica que atiende un negocio de repuestos en la zona: que la confundan con una de ellas. Dos negocios más adelante, en un restaurante, el dueño teme que la presencia de las chicas atraiga a la inseguridad o provoque conflictos entre los hombres que ‘las cuidan’.

Habla también de la comercialización de sustancias ilegales. Sugiere a las autoridades realizar operativos en el sector. Sin embargo, una mujer que atiende un pequeño centro de abastos no ha notado que haya cambios en cuanto a la seguridad en el lugar. “Esto aquí siempre ha sido inseguro”, afirma.

No las defiende, pero las entiende. Álvaro Nieto, intendente general de la Policía, comentó a EXTRA que el operativo más reciente en el sector fue ejecutado el pasado viernes 5 de junio, en horas de la mañana. “Con este tipo de controles lo que se logra es despejar el sitio para evitar que se aglomeren ciudadanos y se genere un tráfico innecesario de personas, en un lugar que no ha sido habilitado para este tipo de actividad”, explicó.

EXTRA también se contactó con el Municipio de Guayaquil para saber de qué manera acogerían las quejas de algunos trabajadores y moradores. En el Departamento de Comunicación explicaron que la Policía Nacional es la encargada de controlar la presencia de las trabajadoras sexuales.
No obstante, añadieron, entregaron kits alimenticios entre los trabajadores de la calle 18, donde funcionan 54 negocios, entre bares y prostíbulos, que no han podido laborar desde que empezó la emergencia sanitaria en marzo pasado.

Instalaron cabinas de desinfección

​Para sorpresa de muchos, una cabina de desinfección automatizada fue instalada la tarde del miércoles último en uno de los ingresos del barrio Salinas, también conocido como ‘la 18’. Solo funcionó por un par de horas, lapso en el que el Municipio donó kits de alimentos a las sexoservidoras.

El equipo es parte de la inversión dentro del protocolo de bioseguridad que realiza la Asociación de Propietarios y Arrendatarios del Barrio Salinas. El gremio espera que el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) Cantonal autorice la reapertura de las instalaciones. De esa manera se evitará que las chicas invadan la vía pública o sean víctimas de antisociales. (JPZ)