Con su mascarilla bien puesta y tomando en cuenta todos los protocolos de seguridad, el entrenador Darío Tempesta volvió a casa. Así es como este argentino considera a Aucas, pues es el equipo que en este 2020 dirigirá por tercera vez.

Tempesta volvió a ser contratado en las filas orientales tras la repentina salida de su compatriota, Máximo Villafañe, quien había dirigido al club desde inicios de este año.

“Me siento muy cómodo en el equipo y para mí siempre es un gusto regresar”, aseveró Tempesta, aunque prefirió no opinar acerca de las circunstancias en las que ha sido convocado por los orientales: cuando no hay más opción.

Aseveró que firmó hasta diciembre de este año. “Nadie sabe qué va a pasar el mes que viene o el presupuesto que se manejará el próximo año”, comentó. Por otro lado, indicó que aún no tiene un análisis del planteamiento táctico que presentará, dado que apenas ayer realizó su primer entrenamiento con la plantilla y deberá ver en qué condiciones están sus pupilos tras el regreso a los entrenamientos.

“Vamos a reforzar con un zaguero extranjero en lugar de Tomás Oneto”, dijo, y descartó una posible contratación de Horacio Salaberry.

La revancha

El profe hizo casa en Aucas en 2017 cuando tomó las riendas del equipo por primera vez, siendo esa su primera experiencia en Ecuador y la segunda fuera de su país natal. En ese año consiguió una campaña positiva: dirigió 38 partidos, de las cuales ganó 21, empató ocho y perdió nueve.

Con eso bastó para ascender a la Serie A, de la que Papá se había ausentado de forma intermitente. A sorpresa de la hinchada, Tempesta salió de la dirección técnica a inicios de 2018, pese a que era él quien había iniciado con un proceso de reestructuración.

Fue reemplazado por Luis Soler. A mitad de año, el hoy secretario técnico del club fue despedido por malos resultados y fue entonces cuando Tempesta volvió a Aucas.

En el segundo semestre de 2018, el profe dirigió 16 partidos, de los cuales ganó ocho, empató dos y perdió seis.

Nuevamente su proceso fue cortado de golpe. Tempesta había incluso recomendado nombres para reforzar la plantilla de 2019, pero antes del inicio de ese año fue despedido. En esta ocasión, porque no logró el objetivo a corto plazo del equipo, que era el de clasificar a Copa Sudamericana.

Asumió Eduardo Favaro. A mitad de año, fue reemplazado por Gabriel Schürrer. Para inicios de 2020, llegó Villafañe.

Es decir, Tempesta es el séptimo técnico de Aucas en 30 meses.

“La ventaja es que los jugadores nos conocen, tenemos alguna relación cercana y es un equipo al que quiero mucho. Por eso sé que podremos salir adelante”, aseveró Tempesta.

Por otro lado, destacó el notable crecimiento del equipo y calificó este retorno como “una revancha” a nivel personal.