Estamos en Junio del 2010, en el Nelson Mandela Square del centro de Johannesburgo, Sudáfrica. El colombiano Reinaldo Rueda, que había terminado su relación con la selección de Honduras, le daba el sí a la selección de Ecuador. Sería su nuevo entrenador.

Dejaba a los centroamericanos con lágrimas. El contrato había terminado y en el panorama se divisaban tres caminos: Ecuador, un equipo del Oriente Medio o renovar con los  'catrachos'. Ya sabemos qué eligió.

Sin embargo, a estas alturas lo que deseaba Rueda estar con su familia. Una conversación con el entonces presidente de la FEF, Luis Chiriboga fue clave. Ojo, una conversación, nada más.

DE VACACIONES

Mientras que en Ecuador unos lo sacaban y otros daban hasta la fecha de su llegada, Rueda trataba de gozar unas vacaciones en Europa. Duraron más de una semana.

Cuando llegó a Colombia, tomó una decisión: pasar unas vacaciones en su casa de Cali. Es que habían sido cerca de cuatro años que no había podido estar ahí. Lo único que deseaba era pasar tiempo con su familia y amigos.

Llegó a Guayaquil, pasaron dos días y hasta se había olvidado de firmar el contrato.

REINALDO RUEDA Y SU PASO POR ECUADOR

Una vez en su domicilio comenzó a sonar su celular. Era la dirigencia de la FEF. Lo querían ya en Ecuador.

Rueda, por primera vez, confiesa que no se le ocurrió otra idea que decirle al directivo que lo dejara arreglar sus papeles, que le faltaba el pasado judicial y con eso ya podía viajar.

Fueron varios días de trámites. En realidad, lo que deseaba era poder estar más tiempo con la familia.

“El pasado judicial se demora 3 minutos y te lo dan por internet, pero no se me ocurrió otra cosa que decir eso”, expresa con nostalgia Rueda.

LA AVIONETA, COLAS Y PAN

Una tarde, Chiriboga le dijo que al otro día iba a ir a buscarlo, que no se preocupara de nada. Ni de sacar el papel del pasado judicial, porque iban en avioneta.

Rueda pensó que era una broma, que no era para tanto. Sin embargo, al día siguiente la avioneta fue a buscar al entrenador junto a su cuerpo técnico.

El director técnico no lo creía. Uno de sus colaboradores fue a comprar una cola de tres litros y muchos panes para el viaje, debido a que en la avioneta no había azafatas ni ningún servicio que le puedan dar algo de comer.

En la pequeña aeronave tuvieron una parada en la frontera y luego siguieron hasta Guayaquil, donde sería presentado Rueda y el resto del nuevo cuerpo técnico de la selección de fútbol de Ecuador. Fue un viaje entre risas y sueños. Y panes y colas, claro.

EL CONTRATO

Lo que nadie sabe que, en las veces que se reunieron Rueda y Chiriboga, tanto en Sudáfrica, Colombia y hasta en el avión, nunca hablaron de sueldo, llegaron a un "sí, acepto", sin acordar los salarios de nadie.

“Fue de locos, había llegado a Guayaquil en avioneta privada. Luego me presentaron a la prensa, y hasta me puse la camiseta de Ecuador, pero hasta ese momento no había firmado ni puesto de acuerdo en los montos, estábamos tan contentos de llegar a la Tri, teníamos muchas ilusiones, que al final se hicieron realidad con llegar al Mundial", recuerda Rueda. "Los recuerdos son muchos”, expresa con nostalgia.

¿Y cuándo se acordó el sueldo? Reinaldo Rueda llevaba dos días en Ecuador y ahí definieron cifras. Dice que el directivo le presentó el contrato y que eso fue rápido.

Rueda fue el último entrenador que nos llevó a un Mundial. Un tipo muy serio, pero -a decir de los jugadores- riguroso y exigente como pocos desde el calentamiento.

El paso del entrenador colombiano por la Tri, le trajo una lluvia de bendiciones, luego ganó la Copa Libertadores con Atlético Nacional en el 2016, pasó a el gran Flamengo y ahora es el DT de Chile.

El tiempo ha pasado y Rueda se acuerda de la avioneta, la cola, los panes y el contrato que se olvidó de firmar, y eso que ya lo habían presentado como entrenador de la Tricolor.